>> miércoles, 3 de junio de 2009
Nunca volverían a resonar mis zapatos contra su duro suelo de níveo mármol. Tampoco podría romper el hielo que cubría su corazón, fuerte y gélido como una bocanada de aire en plena nevada. Nunca volvería a caer en su juego de niños sin sentido, que casi siempre acababa con más pena que gloria.
Su cama quedaría vacía de mi presencia, porque su lecho de muerte era perpetuo en mi. Todas las promesas que hizo no eran de verdad, pero ya ni siquiera las mentiras amargan, se perdió tu olor de mis ropas. Habías desaparecido.
Me dejaste por vivir una vida algo mejor.
2 PUNTOS DE VISTA:
Está bien, pero tan malo fue lo que vivio?
Mucho más que malo? mmm entiendo.
Espero que no se refugie en una armadura y no qu se la acerque nadie..
un beso^^
Publicar un comentario